22 de abril de 2008

¿Una universidad libre?

Universidad pública, dos palabras que por ahora no van de la mano en la UNLaM.
Podríamos hacer un retroceso y volver a los niveles más elementales del lenguaje, porque uno de estos vocablos no parece quedar claro para las autoridades de nuestra querida casa de altos estudios. A ver, definamos público, ¿Qué es un espacio público? Es “algo perteneciente a todo el pueblo”, señalaría cualquier diccionario; a lo que podríamos agregar “un espacio de libre acceso”.

ESTE ANHELADO LIBRE ACCESO EN LA UNLaM HOY ES TAN SOLO UNA ILUSIÓN. Basta con iniciar el controvertido curso de ingreso para chocarse con esta realidad. “50 pesos” es la frase que desde el vidrio de tesorería (otra presencia contradictoria en una universidad “pública”) se escucha, la que pone fin a cualquier esperanza de un “libre acceso”. Lamentablemente, hoy el ingreso a nuestra universidad está condicionado por el factor económico.

Siguiendo con la lista, podemos también mencionar la falta de libertad de cátedra, un derecho que toda universidad pública y nacional debe garantizar desde 1918, año en que se dio la reforma universitaria argentina. A este punto el “libre acceso”, en este caso a las cátedras universitarias, sigue siendo una mentira y muestra no solo la farsa de nuestra UNLAM, sino también un importante atraso de mas de ¡90 años! con respecto a uno de los logros académicos mas importantes de nuestro país.

Y para estar aún más actualizado, ese “libre acceso” no se ve tampoco en la nueva y aparatosa pileta olímpica, el último de los espacios pertenecientes al complejo polideportivo que debería ser público por pertenecer a una universidad pública. Muchos dirán “no habría espacio físico para todos los estudiantes en esta piscina semi olímpica”. Pues bien, para sorpresa de muchos, ni aún los estudiantes de Educación Física (quienes tienen en su plan de estudios la materia Natación) están utilizando esta nueva instalación para su formación y deben seguir concurriendo a las piletas del Open Park, en las afueras de nuestra universidad.
La única persona que ha tenido ese libre acceso a la nueva instalación fue el nadador ¡José Meolans!, quien realizó varias prácticas en el predio (e inclusive batió un récord) durante el año pasado, invitado por las autoridades de la UNLAM, que buscaban obviamente jactarse ante los medios de esta nueva instalación. Instalación que, por ahora, no es para los estudiantes.
Y por sobre todas las cosas, este acceso libre no debería ser solo para los estudiantes que forman parte del sistema educativo, sino también para toda la comunidad, a la cual la universidad pública pertenece. No olvidemos que la universidad pública debe ser no solo un lugar de formación sino también un espacio irrestricto que se adecue a las necesidades reales del estudiantado, y que no se limite solo a magnánimas construcciones que ni siquiera cumplen con sus objetivos básicos (ejemplos sobran: una espléndida biblioteca que en muchos casos no cuenta con los libros de una cursada y que cuando si lo hace coloca diversos obstáculos para la lectura de los mismos; un laboratorio de medios cuyos insumos son limitados, y van…)

Por todas estas razones hoy podemos afirmar sin ninguna duda: LA UNIVERSIDAD DE LA MATANZA NO ES AÚN UNA UNIVERSIDAD REALMENTE PÚBLICA, LIBRE Y GRATUITA. ¿Lo será algún día? De nosotros depende…

http://www.labarradyr.com.ar/2007/nov07/La_barra_Deportes.htm


(ESTA PUBLICACION FUE ENVIADA POR MARIANO, ESTUDIANTE DE COMUNICACION SOCIAL)

13 de abril de 2008

Un comienzo distinto

Estudiantes de Comunicación no entran a clase para que no echen a una docente.
Más de 60 estudiantes de los distintos años de la carrera de Comunicación Social de la UNLaM se concentraron el pasado miércoles en las aulas donde estaba pautado iniciarse con las clases del Taller III de dicha carrera, en busca de respuestas ante el intento de desvincular a la docente Lic. Mariela Bernárdez de la Cátedra de Televisión III/Taller de Documental.
El día jueves pasado por la noche, a 4 días del comienzo de clases, autoridades del Departamento de Humanidades y Ciencias Sociales de la UNLaM, a través del Jefe de Cátedra del Taller de Televisión III de Comunicación Social, Daniel Gordo Díaz, le informaron a la docente en cuestión, que se pretende desvincularla del turno mañana del taller en el que se viene desempeñando hace 8 años, desde marzo del 2000. En su lugar entraría una periodista que formaría dupla con la persona que acompañó a Mariela en todo este tiempo y ella pasaría al turno vespertino. Obligando a la docente a acatar una decisión aparentemente precipitada, sin más opciones que someterse a la estructura naturalmente verticalista de nuestra Institución pero que en este caso, además, dada la carencia de justificativos, se presenta salvajemente autoritaria.
La pregunta que surge haciendo una primera lectura es ¿Porqué resulta tan conflictivo este “cambio de horario”?.
La rotación de la docente a otro horario no es casual, se trata de una medida pensada a priori. Así lo confirman los alumnos que tuvieron la posibilidad de ser parte del taller durante los últimos cuatro años y fué el principal motivo de su reclamo del pasado miércoles. La Lic. Mariela Bernárdez y el Lic. Juan Mascaró se vienen desempeñando en el Taller III de Televisión por la mañana desde hace años, de cara a un proyecto pedagógico y de contenidos claro en sus objetivos y consecuente en su práctica. La materia ha venido perfilándose como un espacio de participación abierto y democrático.
Los documentales que surgieron como consecuencia de dicho taller y del trabajo mancomunado de alumnos y docentes son de una clara línea social, en contraposición de la supuesta objetividad que quieren aparentar los medios masivos de comunicación, en especial la televisión. La opción de cursar a la mañana es una opción por acercarse a la realidad desde la subjetividad y el compromiso por conocer e intentar develar el proceso de construcciones que está detrás de los “hechos”, entendiendo el rol de comunicador como un activo sujeto de cambio. Y muchos alumnos que se inscribieron en dicho taller optaron por este turno haciendo uso de su derecho de elegir la línea de pensamiento de cátedra que querían. La cursada de la noche es otra experiencia, con otro docente, que adscribe a otra filosofía de enseñanza y responde a otra cosmovisión acerca del cine documental y la docencia. Muchas veces en choque y confrontando con las formas propuestas a la mañana. Simplemente, son cátedras de facto diferentes. Sería ingenuo creer que el cambio de turnos responde a cuestiones organizativas.
Ambos docentes, Bernárdez y Mascaró, asumen el compromiso de la docencia, poniéndose a trabajar a la par de los estudiantes muchas veces por fuera de sus horarios estrictos de trabajo. A pesar de que los dos figuran formalmente como simples ayudantes de cátedra, es sabido que hace tiempo que se pusieron la materia al hombro, planificando, estructurando programas, etc. La precarización de sus contratos de trabajo hace que en ocasiones como ésta penda de un hilo su continuidad laboral. La forma de trabajo que persiguen y las metodologías de enseñanza que llevan a cabo se ven reflejadas en los trabajos audiovisuales que surgieron del taller.
Cabe destacar que desde esta materia se realizó el primer largometraje documental de la Universidad Nacional de La Matanza. Además, muchos de los cortos productos de la cátedra aparecen en el Catálogo del INCAA, fueron y son proyectados en diferentes espacios dedicados al cine documental y social. No cabe duda de que el compromiso que ellos asumen como docentes es recíproco con respecto al que adquieren los estudiantes. Y de la efectividad del trabajo realizado por ambos profesionales. Paradójicamente nada de esto parecen ser indicadores válidos para las autoridades departamentales que decidieron desmantelar la propuesta. Y dudamos que si quiera se hayan cuestionado que no solo esta docente cumplía con su trabajo, sino que apuntaba como pocos, pero remarcables docentes de esta Institución a la tan afamada excelencia académica dada la descripción recién hecha desprendida del testimonio de sus mismos alumnos.
No queremos ser ingenuos, sin dudas hay quienes apuntan a la mediocridad y al desprestigio de nuestra Universidad con estos comportamientos autoritarios. Desde su lugar de docentes tanto el Lic. Juan M. como Lic. Mariela B. intentan formar a los estudiantes como sujetos críticos y quizás sea esto lo que les haga ruido a las personas que se esconden detrás de un cargo de autoridad en el Departamento de Humanidades.
Pero retomando la situación que hoy día nos compete, cabe destacar, por un lado, la arbitrariedad de la decisión, frente a la cual el titular de la cátedra no esgrimió argumentos sustentables; y la falta de respeto para/con la profesional que hace años viene desempeñándose en su labor. La precariedad en la que se encuentran contratados docentes como esta, hacen que el Departamento haga y deshaga a su antojo. Además, resulta una canallada el hecho de avisarle tan solo cuatro días antes del inicio de la cursada, coartándole de esta manera toda posibilidad de elección.
Además, y analizando la cuestión desde otro enfoque ¿Qué tipo de educación recibimos los estudiantes de la UNLaM con profesores que se conocen una semana antes de la cursada y planifican anualmente contenidos, objetivos, actividades y trabajos 7 días antes de conocerles las caras a sus alumnos? ¿Dónde está la educación democrática? ¿Porqué no existe en nuestra Universidad la libertad de cátedra? ¿Cuántos otros docentes titulares, adjuntos y ayudantes se encuentran en situaciones similares a la de esta docente en la UNLaM? ¿No existe gracias al sistema contractual de nuestros docentes y al sistema NO concursado de cátedras una vía libre a la manipulación ideológica de los contenidos? ¿E incluso que los mismos docentes especulen con la posibilidad de bajada de línea autocensurándose contenidos? ¿O aún peor, que hagan política del "buen comportamiento" con sus superiores?
No nos están dejando elegir al desmembrar esta cátedra, ya que es vox populi las diferencias entre mañana y noche. Pero hay mucho más en qué pensar detrás de éste conflicto.
En fin, a raíz de todo esto estudiantes autoconovados en pleno conocimiento de la situación adversa que se estaba dando, decidieron asistir el pasado miércoles al inicio de clases. Y así fue.
Luego de la presentación de la materia Taller III (a la cual asistió la docente Mariela Bernárdez con el objetivo de dar a conocer su situación) más de 60 jóvenes interpelaron a Daniel Gordo Díaz y a Eugenia Herrero, Secretaria del Coordinador de Comunicación, Aníbal Binasco, que sorpresivamente asistió al comienzo de la cursada; sobre las razones que los llevaban a tomar tal decisión con el trabajo de la docente.
Si bien lo único que pudieron ofrecerles a los jóvenes fueron explicaciones poco convincentes, como el hecho de que es “una reestructuración de la cátedra”, aunque es evidente que la decisión pretende presionar a los docentes para que no asuman determinadas líneas de trabajo, vinculadas al pensamiento critico y a la participación de los alumnos. Después de todo, se logró obtener una reunión, que sería próximo lunes por la tarde en el Departamento de Humanidades.
Se pretende una ruptura ideológica que además va en detrimento de la formación académica y educativa. Como estudiantes estos mecanismos turbios nos están salpicando y deteriorando nuestra educación. No se trata de hacer propia la injusticia ajena, lo cual sería, por cierto, loable. Sino que además se trata de defender nuestro derecho a una Universidad Pública y democrática.






(Esta nota fue enviada a nuestro mail por un estudiante de comunicación que pidió no hacer público su nombre. Al igual que el autor de este texto, ustedes también están invitados a hacerlo)

Actualización: En el posteo central publicado el 13/4 bajo el título "Un comienzo distinto", un alumno difundió en este blog la situación de irregularidad que atravesaba un docente con riesgo a ser removido de su cargo de forma arbitraria unos días antes de iniciarse el ciclo lectivo.
Luego de una activa movilización durante la primer semana de clases, los alumnos defendieron su derecho a elegir entre dos propuestas pedagógicas diferentes como serían el taller en el turno matutino y el nocturno; como así también protestaron ante la sospecha de que dicha desvinculación pudiera ser resultado de una censura ideológica por parte de autoridades departamentales. Finalmente, los responsables revisaron la medida y la cátedra de Taller III de televisión de turno mañana preserva los docentes habituales que vienen desempeñándose hace ocho años.

7 de abril de 2008

Un centro de estudiantes: utilidad???? mmm




Al sentarme a escribir este artículo pensaba: mmmm qué debe pasar para que un Centro de Estudiantes no funcione. O mejor dicho qué pasa que a la gente no le interesa realmente sí funciona. O más aun qué pasa sí realmente se vive sin saber que existe. Al parecer na

En una época en que la participación está tan mermada y realmente uno no se preocupa por lo que le pasa a los demás, al resto. Mejor dicho, no a la multitud, sino al que camina o está sentado en nuestra periferia, es normal y típico en estos días. Pero a la vez es doloroso. Vivir sin sacar nuestra cabeza un poco más allá de nuestra burbuja: es gris, rutinario, pero sobre todo mediocre. Habiendo vida mucho más allá de nuestras narices, no salimos a ver qué sucede por allí, solo vivimos nuestra cotidianeidad, pero no nos aburrimos. Tenemos muchas cosas para hacer, siempre surge algo nuevo: el mercado con su demanda, los nuevos productos que salen, la hi- tech o alta tecnología y la necesidad de no poder parar ni un minuto. ¿Así quién se puede aburrir? Nadie. Pero la verdad es que poca verdades sólidas podemos tener sino conocemos otros puntos de vista y otras experiencias.

Estamos acostumbrados a que podemos vivir sin hacer nada serio, estudiar una carrera quizás sin preocuparnos sin más, como dirían los viejos padres del liberalismo económico (y habremos escuchado en esas clases de economía de primer año!!!) “laissez faire”, dejar pasar, dejar hacer; ir cursar y sentir que la universidad es una extensión de las distintas esferas de la vida de uno. Salgo del Shopping, voy a la facultad, hablo de las mismas cosas, salidas, amigos, algún noviecillo/noviecilla, transa, amigo/amiga y nada más. Pero no es que este mal, eh!!! Todos lo hemos hecho y lo seguimos haciendo aunque sin tanta intensidad, aunque hay momentos en que es necesario cambiar. La apatía no es buena, mata. Muchas veces encubierto tras ese discurso se han cometido las atrocidades más grande de la historia. Se ha aprovechado esos momentos para realizar los crímenes más grande. Y no pasa nada.


Vivir en una sociedad en la que todo es desechable, todo es barato, todo se puede comprar y tirar porque hay mil productos iguales, porque cada dos sale un celular nuevo y el mío no sirve, donde las relaciones personales se pueden tirar a la basura (TRANZA, AMIGO CON DERECHO A ROCE…), no es nada grato y lo peor de todo es que devalúa el esfuerzo, la constancia, la lucha por un proyecto.

Podría poner un ejemplo a nivel universitario. Qué tanto problema me voy a hacer al día de inscribirme en una materia si sé que es lío de un solo día. Si sé que el sistema de inscripción es deficiente, qué problema me voy a hacer si sé que no me va a tardar más de un día. Si tengo por seguro que voy a putear, patalear y quejarme como mucho seis horas o menos (hasta que me inscriba) y los subsiguientes porque no encontré las materias que iba hacer. Pero no mucho más y de ahí un cuatrimestre tranquilo y sin hacerme tantas preguntas. A problemas simples, respuestas sencillas. Y así se vive.


Si yo me pregunto qué función debe tener un Centro de Estudiantes se me ocurre que actuar como nexo entre las voluntades, deseos y problemáticas de los alumnos hacía el gobierno universitario y debe ser la punta de lanza que luche porque esas quejas, incertidumbres y anhelos de los alumnos (que siempre están en desventaja con lo que respecta al poder de las autoridades) puedan realizarse.

Pero sino hay voluntades, deseos, objetivos, esa Institución no sirve de nada. Si los representados están apáticos y votan por inercia, quienes detentan esos escaños van aprovechar para usar ese poder que tienen para negociar beneficios propios e individuales. No es por nada que la mayoría de administrativos que están en la Universidad Nacional de La Matanza sean integrantes de la LFU (Liga Federal Universitaria) y que sean sujetos o que se recibieron “mágicamente” rápido.

Un Centro de Estudiantes tendría que ser un conglomerado de alumnos auto-convocados que se reúnen para solventar las problemáticas estructurales y coyunturales de los diversos alumnos de todas la carreras.

Por ejemplo el Centro de la UNLaM no es una agrupación ORDINARIA. Es una confederación de departamentos. ¿Cómo una confederación? Sí, es una confederación porque en él recaen un representante de cada carrera: uno de políticas, uno de derecho, uno de públicas, uno de ingeniería en informática, otro en electrónica, otro en administración, etc. Y no hay una representación homogénea de cada carrera. Para toda la cantidad de estudiantes de una disciplina hay SOLO una persona que lo representa. ¿Bastante autoritario, no? Y además piensen en los problemas que refieren a cada carrera en especial, nada tienen en común los reclamos que puedan hacer sobre sus problemas curriculares, aunque sí los generales como la democratización y todo eso…

En otras universidades no pasa esto ya que hay centros de estudiantes por cada carrera.


Pensemos bien que queremos antes de ir a votar la semana que viene!!

Y a no ser indiferentes!


Hasta luego compañeros